15 DE AGOSTO DE 2016

SEGUIMOS... NOSOTROS DECIDIMOS...

Desde tiempo inmemorial, algunos seres humanos han querido imponer su voluntad a otros. Si la fuerza bruta fue la primera forma con la que forzó a los demás, en edades sucesivas fue buscando otras maneras de lograrlo.

Las situaciones de indefensión que han ocasionado, las aberraciones que millones de seres humanos han sufrido son harto elocuentes, para concluir que la sociedad en su conjunto ha de arbitrar un sistema que defienda a los individuos de estas agresiones, desarrollando el concepto de unidad de toda la raza humana y la necesaria atención a la Naturaleza, favoreciendo la integración y la participación, en libertad, de todos en todos estos procesos.

Los sistemas económicos son parte de esas formas de control y de imposición, si, apartados de la justicia y de la solidaridad, sólo marcan la meta en el beneficio.

La competitividad se ha enraizado en nuestras vidas, de tal manera, que, lejos de significar el deseo de mejorar uno mismo se ha convertido en una lucha por reducir o anular pensamientos diferentes.

La más grande dificultad a la que nos enfrentamos es la de ver el enemigo en otro ser humano.

Es la hora de reflexionar y de evitar que tomemos el camino que conduce al agotamiento de nuestro Mundo y al enfrentamiento constante de unos contra otros.

Sólo es cuestión de unirnos y pasar de súbditos a ciudadanos responsables, exigentes y participativos. 

El Mundo que unos pocos manejan "en nuestro nombre" no es su propiedad. Sufrimos las consecuencias de sus decisiones y actuaciones, que, lejos de la consecución del bienestar general conduce a la miseria, al hambre, a la muerte de millones de seres humanos, y a la devastación del planeta del que obtenemos los medios para la vida.

Sin duda, la Educación provee los valores, conocimientos y aptitudes que permiten la participación de todos en esta inmensa tarea. Debemos trabajar porque el acceso a ella sea una realidad para todas las personas, sin distinción.

Durante mucho tiempo se nos ha transmitido que las decisiones están en manos de quienes gobiernan y que nada podemos hacer para cambiar esto. Compartamos, hasta conseguirlo, que, quienes nos representan son sólo nuestros portavoces, que somos nosotros quienes decidimos.

Un Mundo mejor es posible.

Juntos lo podemos todo.