24 DE ENERO DE 2014

DEMOCRACIA Y LIDERAZGO

NO ES DEMOCRACIA reducir la intervención del pueblo en el gobierno a votar por unas listas cerradas, de unos partidos cuyos integrantes pelean entre sí por ocupar puestos de liderazgo cuya finalidad es perpetuar su propia existencia, lejos de buscar el bienestar de quienes deben representar.

La gobernanza, “arte o manera de gobernar que se propone como objetivo el logro de un desarrollo económico, social e institucional duradero, promoviendo un sano equilibrio entre el Estado, la sociedad civil y el mercado de la economía”, ha quedado en una utopía o peor aún en una cosa irreal.

Los ciudadanos, aletargados y ajenos a la posibilidad de intervenir en los procesos decisorios que afectan su vida, aceptan las imposiciones de quienes ejercen el poder del gobierno, como súbditos sumisos a los decretos que se venden como necesarios e inevitables.

Los líderes se eligen  a sí mismos, dan el paso adelante y se presentan como los salvadores, los solucionadores, los únicos que pueden sacarnos de la situación que vivimos, (sea cual sea ésta), y se enfrentan a otros compañeros para ser “el líder”, despreciando la fuerza de la unidad de acción que pueden generar juntos, condenando las aportaciones del perdedor o perdedores a tragar, salirse o trabajar en la oscuridad e iniciar otro proceso para desbancar al líder.

Si sopesamos la realidad de la interacción de quienes vivimos en este mundo globalizado, no parece comprensible que nos dividamos y confrontemos, en una lucha por el poder, que está lejos del bienestar general.

Sólo a través de la participación activa y responsable de la ciudadanía, exigiendo a quienes nos representan que actúen de acuerdo con la voluntad del pueblo y que la democracia interna de sus organizaciones permita la unidad de acción para llevar adelante una civilización en continúo progreso, podremos hacer posible un mundo mejor.

¿Vas a dar el paso?

Juntos lo podemos todo.